Diferentes factores, como el estrés, la genética, el paso del tiempo, el clima, la contaminación o los propios hábitos de vida, pueden acelerar el proceso de envejecimiento de la piel.
Diferentes factores, como el estrés, la genética, el paso del tiempo, el clima, la contaminación o los propios hábitos de vida, pueden acelerar el proceso de envejecimiento de la piel.